miércoles, 1 de junio de 2011

TALLER DE ESCRITURA 2°5° T MAÑANA

Trabajamos palabras compuestas: prefijos.
Se les dio una serie de prefijos (inter-intra; sub; maxi, hiper; mini, micro, multi) y sus significados; y palabras base (manta, gato, espejo, cajón, pluma, hipopótamos, caras) para que creen palabras nuevas.
Resultaron las siguientes palabras: interespejo, subgato, minicajón, maximanta, maxipluma, multicaras, microhipopótamo. Con estas palabras inventadas tuvieron que escribir un cuento fantástico o de ciencia ficción.

Resultaron los siguientes textos:
El interespejo de Alejo.
Alejo era un chico de unos dieciséis años. Un día como cualquier otro iba caminando, y de repente, un papel le iluminó la cara. Era dorado, tan brilloso que lo encandecía.
Al recogerlo del suelo leyó unas palabras únicas "maximanta", "minicajón", "maxipluma", y la palabra que más le impresionó "tesoro". En ese momento cayó un rayo y se desvaneció. Se despertó después de escuchar un grito terrorífico. Se sentía mal y no podía manejar su cuerpo, intentaba mover el brazo y movía la pierna. Trató de mover el cuerpo durante horas. En ese momento escuchó una voz , un estruendo, y otro rayo le cayó en medio de los ojos. Cuando los abrió, vio un brillo dorado sobre todo su cuerpo; todavía no se había dado cuento del anciano que estaba al lado suyo.
    El viejo le dijo que él era especial, y que esos rayos que le caían encima eran "interespejos" que lo llevaban al futuro y al pasado cuando él quisiera, o cuando sintiera que está pasando algo que no tiene que pasar.
     Alejo le preguntó por qué el cuerpo no le respondía a los estímulos normales. Él le respondió que tenía que entrenarse mucho psicológicamente, que sus sentimientos alteraban la mobilidad de su cuerpo.
     Desde ese día empezó a entrenar, pero no le fue como el esperaba. Si se ponía feliz, el cuerpo no reaccionaba. Ni el mínimo músculo podía mover con su consentimiento; eso lo irritaba, y cuando se enojaba, podía moverse con más facilidad. En ese momento Alejo se tornó triste y furioso; cada vez más amargado. Tanto odio sintió que se estancó en la nada, no sabía qué hacer. Sentía tanto dolor... que simplemente se dejó estar , dejó de comer... hasta que un rayo le cayó nuevamente encima, sacando de su cuerpo un vapor, desvaneciéndose.  (Andrés Verdún)



En el año 1992, en una casa cercna a la Rural habitaban un par de amigos llamados Gonzalo y Sebastián. En el sótano de la casa, oculto, se encontraba un interespejo, el cual te llevaba de una dimensión a otra.
Ambos comenzaron a recorrer la casa. Gonzalo empezando por la cocina;  y Sebastián  recorriendo el sótano, vio algo dentro de una caja, la cual tenía un vidrio. Intrigado se acercó a mirar y lo que sobresalía era el "interespejo". Su tamaño era grande.
   Mientras tanto, Gonzalo, intrigado por lo que tardaba su amigo en volver del sótano, fue a buscarlo. Se encontró con Sebastián ,  con el interespejo, a unos pasos de ir a la otra dimensión. Cuando se vieron, Sebastián no dudó ni un segundo en exclamar "este espejo es mío", "me pertenece". Ambos quedaron enojados.
   Sebastián entró al interespejo y pasó a la otra domensión, pero quedó abierto y su amigo no dudó en meterse él también. Se encontraron con una dimensión realmente distinta, en la cual habitaban superperros, subgatos, microhipopótamos y multicaras.
   Al ver la dimensión tan distinta a la normal, ambos quedaron tan asustados, que no dudaron en volver a su dimensión de origen. Se pasó el enojo, volvieron a la tranquilidad y ese espejo "¡no se volverá a tocar!", exclamó Sebastián. (Leandro Loporto)


"La casa embrujada"
En medio del parque se encuentra la casona abandonada. Su entrada está celosamente custodiada por un superperro que permite el ingreso a una sala inmensa habitada por semifantasmas. Contra una pared hay un interespejo que refleja multicaras, y cerca de él, un cuadro con la figura de un microhipopótamo. En el piso semicubierto con una maximanta se oculta un minicajón que sirve de casa de un subgato, el cual duerme sobre una maxipluma.
En esta casona se guardó un tesoro sobrenatural, que en manos equivocadas puede destruir el universo.
De repente, del interespejo salieron tres extraterrestres en busca de ese tesoro. Los semifantasmas no podían dejar que se lo llevaran, ya que debían protegerlo para evolucionar y salvar al mundo.
Los visitantes llegaron y fueron atacados sin previo aviso por los semifantasmas, dispuestos a hacer lo que sea para defender tan valioso tesoro. Los redujeron y los golpearon salvajemente con un superpalo.
Los extraterrestres indefensos se ocultaron detrás de la maximanta y escaparon por el interespejo para no regresar jamás.
Los semifantasmas evolucionaron y se convirtieron en fantasmas preparados con superpoderes para proteger al universo y salvar a la humanidad indefensa. (Sebastián Casanova)



En el año 2000, en Argentina, Buenos Aires, a las 11:30, un chico llamado Leandro, que estaba en un supermercado, encontró un espejo raro donde no se veía nada. Lo tocó para ver de qué estaba hecho y su mano desapareció. Leandro quedó muy impresionado. Sacó la mano y le fue a contar a alquien lo sucedido.
Todos pensaron que estaba loco, entonces fue a hablar con el dueño del supermercado. Éste le dijo que se trataba de un interespejo y que si pasabas a través de él, se podía viajar a otra dimensión.
Leandro lo traspasó y apareció en un lugar muy extraño. Había un gato al que le faltaba un ojo y no tenía cola. Un señor le dijo que era un subgato. El chico quedó muy impresionado, no solo por el animal, sino también por el hombre que le hablaba, que era azul y tenía cola. Así se enteró de que estaban en Saturno.
Esta criatura le dio un minicajón que podía guardar en el bolsillo, en el cual entraba cualquier cosa sin importar el tamaño. También le dijo que había un hombre muy malvado al que le decían "el señor oscuro", y que podía volver a su planeta a través del interespejo que él tenía.
En busca del interespejo, Leandro encontró una pluma gigante, una maxipluma, que pertenecía a una ave fénix.
- Con ella podés volar- le dijo el señor.
Leandro la guardó en el minicajón.
Llegó al castillo donde habitaba "el señor oscuro", pero le tendió una trampa y lo atrapó en una jaula.
Entonces, en ese momento, Leandro le tira el minicajón al pregato; y el pregato saca la maxipluma y se trasnforma en un supergato con cola, pelo, pero también con alas de fuego. El supergato lo venció y Leandro pude volver.
Al regresar se encontró en el supermercado pero nada había cambiado. Leandro habló con el dueño para que esconda el interespejo en un lugar seguro. (Santiago Peralta)

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